La Economía Social son aquellas actividades económicas de iniciativa privada que pretenden beneficiar, no solo a las personas que las ponen en marcha, sino a toda la sociedad.
La Economía Social, y el emprendimiento colectivo que entraña, puede desempeñar un rol esencial desde distintas ópticas: como motor del desarrollo económico y social, como forma de afrontar los retos empresariales futuros, como fórmula que contribuye al desarrollo local y regional, como medio para impulsar el empleo solidario, inclusivo y de calidad y, por último y en definitiva, como elemento transformador de la sociedad. La Economía Social representa otra forma de entender la economía y la empresa y supone otra forma de producir, emprender, gestionar, consumir…
Todo ello convierte a la Economía Social en un segmento empresarial clave de cara al futuro y en una palanca para la economía y recuperación social en tiempos de crisis como los actuales, capaz de ofrecer respuestas innovadoras e integradoras a los retos que la sociedad y la economía vasca y europea tienen que enfrentar en los próximos años.
La Economía Social y, particularmente, las cooperativas de trabajo asociado constituyen una seña de identidad de Euskadi, donde nuestra Comunidad ostenta el papel de referente mundial. Es necesario conservar ese liderazgo, proyectarlo todavía más y apoyándonos en sus firmes y sólidos pilares seguir en la senda del crecimiento y la consolidación de este exitoso modelo.
Claves de la Economía Social
Primacía de la persona sobre el capital
Control democrático de las personas miembro
Adhesión voluntaria y abierta
Compromiso con el territorio
¿Cuáles son sus principios y valores?
- La primacía de las personas y del fin social sobre el capital, que se concreta en una gestión autónoma y transparente, democrática y participativa, que lleva a priorizar la toma de decisiones más en función de las personas y sus contribuciones de trabajo y servicios prestados a la entidad, o en función del fin social, que en relación a sus contribuciones al capital social.
- La aplicación de los resultados obtenidos de la actividad económica, principalmente en función del trabajo realizado y del servicio o de la actividad realizados por las socias y los socios o por las personas integrantes, si fuere el caso, al fin social objeto de la entidad, al servicio de la consecución de objetivos como el desarrollo sostenible, el interés de los servicios a las personas miembro y el interés general.
- La promoción de la solidaridad interna y con la sociedad que favorezca el compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la cohesión social, la cooperación, la inserción de personas con discapacidad y de personas en riesgo o en situación de exclusión social, la generación de empleo estable y de calidad, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y también la sostenibilidad.
- La independencia con respecto de los poderes públicos.
- El compromiso con el territorio, frente al despoblamiento y el envejecimiento en el medio rural, inyectando estabilidad y futuro.
- El fortalecimiento de la democracia institucional y económica.